lunes, 16 de mayo de 2016

El Dorado

El Dorado es un legendario reino o ciudad, supuestamente ubicado en el territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, en una zona donde se creía que existían abundantes minas de oro. La leyenda se origina en el siglo XVI, en Quito (Ecuador), cuando los conquistadores españoles tienen noticias de una ceremonia realizada más al norte (Altiplano Cundiboyacense), donde un rey se cubría el cuerpo con polvo de oro y realizaba ofrendas en una laguna sagrada.  Hoy en día se sabe que este pueblo era el Muisca y el sitio donde se realizaba la ceremonia habría sido la laguna de Guatavita (Colombia). La noticia de la riqueza muisca atrajo hasta la sabana de Bogotá a expediciones originadas en Quito (Ecuador), Santa Marta (Colombia) y Coro (Venezuela). La supuesta existencia de un reino dorado motivó numerosas expediciones y se mantuvo vigente hasta el siglo XIX, aunque su localización se fue trasladando desde Colombia hacia las Guayanas, a medida que avanzaba el proceso de conquista y colonización del territorio sudamericano.

Descubrimiento del Amazonas

El descubrimiento del río Amazonas se realizó entre el 4 de febrero y el 26 de agosto de 1541 por la expedición liderada por el español Francisco de Orellana. La navegación completa del cauce más caudaloso y largo del Planeta no fue algo intencionado, sino que se debió a una concatenación de acontecimientos desencadenados por los deseos de localizar grandes bosques de canela, El Dorado y tal vez un nuevo virreinato.
Aunque la desembocadura del río ya se conocía, Gonzalo Pizarro organizó una gran expedición para descubrir y explotar la supuesta canela y localizar el oro, pero al llegar a la zona indicada no encontraron nada de lo esperado. Debido a lo desconocido del terreno y lo falible de los guías indígenas, Orellana trató de recoger información y alimentos adelantándose con unos 70 hombres. Las condiciones del afluente tomado no les permitieron volver y debieron seguir avanzando, afrontando todo tipo de penurias. Dichas penurias han arrojado sombras sobre la veracidad del relato escrito por el dominico Gaspar de Carvajal, miembro de la expedición, entre las que destaca el contacto con un pueblo integrado por mujeres al que rendían vasallaje otros habitantes del lugar.
Tras dos meses avanzando por un afluente y siete por el propio Amazonas, los españoles llegaron a la desembocadura en el Atlántico. Francisco de Orellana fue juzgado acusado de traición, pero resultó absuelto de todo cargo. Regresó nuevamente al Río al frente de otra expedición, con el objetivo de recorrerlo en sentido inverso, pero falleció en el intento.

Juan Sebastián Elcano

Juan Sebastián Elcano (Guetaria, 1476-océano Pacífico, 4 de agosto de 1526) fue un marino español que completó la primera vuelta a la Tierra en la Expedición de Magallanes-Elcano, quedando al frente de la expedición tras la muerte de Fernando de Magallanes.
El 20 de septiembre la expedición zarpó de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), con la intención de encontrar el paso marítimo hacia los territorios de las Indias Orientales y buscar el camino que, recorriendo siempre mares castellanos (según el Tratado de Tordesillas), llegase a las islas de las Especias, lo que era la llamada ruta hacia el oeste, que ya había buscado Cristóbal Colón.

Magellan Elcano Circumnavigation-es.svg

La Expedición de Magallanes-Elcano estuvo plagada de contratiempos y dificultades. Tras la muerte de Magallanes en Filipinas, en 1521, durante una escaramuza con los indígenas, fue elegido jefe de la expedición Gonzalo Gómez de Espinosa y al frente de la nao Victoria se puso de capitán Juan Sebastián Elcano. Tras arribar a las islas Molucas, objeto del viaje, se emprendió el regreso a España.
Elcano toma finalmente el mando de la expedición de regreso. Tenía el problema de volver a España con lo que quedaba de la expedición, sin conocer el camino de vuelta por el Pacífico, y parecía una locura intentarlo, por lo que eligió navegar por los mares portugueses hacia el oeste, bordeando África por rutas conocidas y con posibilidades de hacer aguadas.
Tras atravesar el océano Índico y dar la vuelta a África, completó la primera circunnavegación del globo, consiguiendo llevar a término la expedición y llegar al puerto de partida, Sanlúcar de Barrameda, el 6 de septiembre de 1522 en la nao Victoria, junto con otros 17 supervivientes, lo que suponía el logro de una imponente hazaña para la época. Finalmente, el 8 de septiembre, fue descargada en Sevilla la única nave que había logrado regresar.


domingo, 15 de mayo de 2016

La Española

La Española (en criollo haitiano: Ispayola) es la segunda isla más grande en el archipiélago de las Antillas Mayores. La isla está dividida entre dos estados soberanos, Haití y la República Dominicana. La isla está situada entre la de Cuba al oeste, y la de Puerto Rico al este. La Española es conocida por ser el lugar del primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo, descubierta por Cristóbal Colón en su primer viaje en 1492; y por el rol que jugó la isla durante el primer siglo de la Conquista. Es la décima isla más poblada del mundo, y la más poblada de América. Es la isla número 22 en tamaño en el mundo.

Incas

La civilización inca, también llamada civilización incaica o civilización quechua, fue la última de las grandes civilizaciones precolombinas que conservó su estado independiente (imperio incaico) durante la Conquista de América, hasta la conquista del Perú (1532-1533). Con la extensión del imperio, ésta fue absorbiendo nuevas expresiones culturales de los pueblos anexados, y se ubicó en los actuales territorios del Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador.
Desde la ciudad sagrada del Cuzco, los quechuas consolidaron un Estado que logró sintetizar los conocimientos artísticos, científicos y tecnológicos de sus antecesores. Basados en un concepto de expansión del Estado, el Tawantinsuyo (Imperio inca) recogió aquellos conocimientos y los potenció. En la actualidad, algunas costumbres y tradiciones de la desaparecida civilización inca prevalecen aún en Bolivia, Ecuador y el Perú.
La conquista del Perú, realizada entre 1530 y 1540 por los españoles, encabezados por Francisco Pizarro, puso fin al imperio. Sin embargo, focos de resistencia de los llamados Incas de Vilcabamba se mantuvieron hasta 1572.
La economía inca se basó en la agricultura que desarrollaron mediante técnicas avanzadas, como las terrazas de cultivo llamados andenes para aprovechar las laderas de los cerros, así como sistemas de riego heredados de las culturas preincas. Los incas cultivaron maíz, maní, yuca, papa, frijoles, algodón, tabaco y coca, entre otras. Las tierras eran propiedad comunal y se trabajaban en forma colectiva. Desarrollaron también una ganadería de camélidos sudamericanos (llama y alpaca). Por los excelentes caminos incas (Cápac Ñan) transitaban todo tipo de mercancías: desde pescado y conchas del Pacífico hasta sal y artesanías del interior.
Entre las expresiones artísticas más impresionantes de la civilización inca se hallan los templos (Sacsayhuamán y Coricancha), los palacios y los complejos estratégicamente emplazados (Machu Picchu, Ollantaytambo y Písac).
Si bien no puede hablarse de un imperio monárquico socialista, por la clara diferenciación económica, política y social, el Imperio incaico estableció el sistema de reciprocidad y complementariedad económica.

Aztecas

El Imperio azteca —también llamado, de forma minoritaria, Triple alianza, Imperio mexica o Imperio tenochca — fue una entidad de control territorial, político y económico que existió en la zona central de Mesoamérica, durante el Posclásico Tardío, antes de la Conquista española. Formalmente, estaba integrada por los dominios de la Triple Alianza (Ēxcān Tlahtolōyān, «los tres lugares donde se dan órdenes»), conformada por Texcoco, Tlacopan y México-Tenochtitlan. En los hechos, la mayor parte de los territorios bajo el dominio de los altépetl coaligados pertenecían a los mexicas.
La fundación y posterior expansión de la Triple Alianza tuvo lugar una vez fue derrotado Azcapotzalco, hasta entonces capital del imperio tepaneca, dominante en el valle de México. Esta ciudad fue vencida por la alianza de mexicas y acolhuas, hasta entonces ellos mismos vasallos de los tepanecas, en 1430. A partir de entonces, los territorios del Imperio azteca se fueron ampliando hasta llegar a ocupar el centro de México, la zona central de Oaxaca, la costa del golfo de México, Guerrero y el Soconusco. El fin del Imperio azteca ocurrió el 13 de agosto de 1521, cuando los españoles —en alianza con los tlaxcaltecas y totonacas, entre otros pueblos indígenas— derrotaron la resistencia mexica en Tenochtitlan.

Mayas

La civilización maya fue una civilización mesoamericana desarrollada por los pueblos mayas, que destacó en América por su escritura glífica, el único sistema de escritura plenamente desarrollado del continente americano precolombino, así como por su arte, arquitectura y sistemas de matemática y de astronomía. Se desarrolló en la región que abarca el sureste de México y que corresponde a los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y la zona oriental de Chiapas, así mismo la mayor parte de Guatemala, Belice, y la parte occidental de Honduras y El Salvador.
Durante el periodo formativo, antes de 2000 a. C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población se hizo sedentaria estableciéndose en las primeras aldeas. En el período Preclásico (c. 2000 a. C. hasta 250 d. C.) se desarrollaron las primeras sociedades complejas y se cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya: el maíz, los frijoles, las calabazas y los chiles. Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en torno a 750 a. C.  La escritura glífica se utilizó desde el siglo iii a. C. En el Preclásico Tardío se desarrollaron grandes ciudades en la Cuenca del Petén, y Kaminaljuyú alcanzó prominencia en el altiplano guatemalteco. Desde alrededor de 250 d. C., el período clásico se define en gran medida por el levantamiento de monumentos esculpidos empleando las fechas de Cuenta Larga. En este período se desarrolló un gran número de ciudades-estado vinculadas entre si por una compleja red de comercio. En el siglo ix, se produjo un colapso político general en la región central maya, que originó guerras internas, el abandono de las ciudades, y un desplazamiento poblacional hacia el norte. Durante el período Posclásico surgió Chichén Itzá en el norte, y se produjo la expansión del reino quiché en el altiplano de Guatemala. En el siglo xvi el Imperio Español colonizó la región mesoamericana, y tras una larga serie de campañas militares la última ciudad maya cayó en 1697.
El poder político durante el periodo Clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba como mediador entre los mortales y el ámbito sobrenatural. La monarquía era hereditaria y patrilineal, y el poder pasaba al hijo mayor. La política maya estaba dominada por un sistema de patrocinio, aunque la exacta composición política de un reino variaba de una ciudad-Estado a otra. La civilización maya desarrolló formas de arte sofisticadas utilizando tanto materiales perecederos como durables, incluyendo madera, jade, obsidiana, cerámica, monumentos de piedra tallada, estucos y murales finamente pintados.
Las ciudades mayas solían expandirse sin planificación. El centro de la ciudad era ocupado por complejos ceremoniales y administrativos, rodeado por una irregular expansión de barrios residenciales. A menudo las diferentes partes de una ciudad eran conectadas por calzadas. La arquitectura principal de la ciudad se componía de palacios, templos piramidales, juegos de pelota ceremoniales, y estructuras alineadas para la observación astronómica. La élite maya sabía leer y escribir, y desarrolló un complejo sistema de escritura glífica, considerado el más avanzado en América precolombina.  Los mayas desarrollaron una compleja serie de calendarios rituales entrelazados, emplearon la matemática y fueron uno de los primeros pueblos en utilizar el cero explícito en el mundo. Como parte de su religión, los mayas practicaban sacrificios humanos.

Francisco Pizarro

Francisco Pizarro González (Trujillo, 16 de marzo de 1478-Lima, 26 de junio de 1541), fue un noble y explorador castellano, conquistador del Perú, gobernador de Nueva Castilla —con sede de gobierno en la Ciudad de los Reyes—.
Se le recuerda por haber logrado imponerse y masacrar  al Imperio incaico con ayuda de diversos cacicazgos locales, conquistando el mencionado Estado imperial cuyo centro de gobierno se ubicaba en el actual Perú, además de establecer una dependencia española sobre él. Si bien tuvo el título de marqués, fue realmente «marqués sin marquesado». Tras la emancipación de la Corona de Su Majestad el Rey, sus descendientes tuvieron el título de marqueses de la Conquista, pero con el nombre de Atavillos. Sin embargo, es muy posible que en razón de su lealtad a la Corona le fue como honra concedido el título de marqués de los Atavillos. Para sus huestes indígenas era conocido como Apu (‘jefe’, ‘señor’, ‘general’) o Machu Capitán (‘viejo capitán’).

Hernán Cortés

Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano (Medellín, Corona de Castilla, 1485-Castilleja de la Cuesta, Corona de Castilla, 2 de diciembre de 1547) fue un conquistador español que lideró la expedición que causó el final del Imperio mexicano y la conquista de México también puso bajo gobierno de la Corona de Castilla el territorio del actual México a principios del siglo XVI. Por sus éxitos, Cortés fue nombrado primer marqués del Valle de Oaxaca, gobernador y capitán general de la Nueva España.
Procedente de una familia de hidalgos de Extremadura, Hernán Cortés estudió brevemente en la Universidad de Salamanca. En 1504 pasó a las Indias, recién descubiertas por Cristóbal Colón, y se estableció como escribano y terrateniente en La Española (Santo Domingo).
En 1511 participó en la expedición a Cuba como secretario del gobernador Diego Velázquez de Cuéllar, con quien emparentó al casarse con su cuñada; Velázquez le nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago. En 1518 Diego Velázquez puso a Hernán Cortés al mando de una expedición a Yucatán. Con once barcos, unos seiscientos hombres, dieciséis caballos y catorce piezas de artillería, Hernán Cortés navegó desde Santiago a Cozumel y Tabasco; derrotó a los mayas allí establecidos y fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz.
Tuvo noticias de la existencia del Imperio azteca en el interior, cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se aprestó a su conquista. Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus barcos en Veracruz.
Tras saquear Cholula, Cortés llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, en donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma II, que se declaró vasallo del rey de Castilla. La posible identificación de los españoles con seres divinos y de Cortés con el anunciado regreso del dios Quetzalcoátl favoreció quizá esta acogida a unos extranjeros que, sin embargo, empezaron enseguida a comportarse como invasores ambiciosos y violentos, que posteriormente dio lugar a una gran agitación indígena contra los españoles. Hernán Cortés se vio entonces obligado a abandonar Tenochtitlán en la llamada «Noche Triste» (30 de junio de 1520), en la que su pequeño ejército resultó diezmado. Refugiado en Tlaxcala, siguió luchando contra los aztecas (ahora bajo el mando de Cuauhtémoc), a los que venció en la batalla de Otumba; y, finalmente, cercó y tomó Tenochtitlán (1521). Destruida la capital azteca, construyó en el mismo lugar (una isla en el centro de un lago) la ciudad española de México.
Dominado ya el antiguo Imperio azteca, Cortés lanzó expediciones hacia el sur para anexionar los territorios de Yucatán, Honduras y Guatemala. En 1522 fue nombrado gobernador y capitán general de Nueva España (nombre que dieron los conquistadores al territorio mexicano).

lunes, 9 de mayo de 2016


 

Conquista de las islas Canarias

La conquista de Canarias se llevó a cabo entre 1402 y 1496. No fue una empresa sencilla en lo militar, dada la resistencia aborigen en algunas islas. Tampoco lo fue en lo político, puesto que confluyeron los intereses particulares de la nobleza (empeñada en fortalecer su poder económico y político mediante la adquisición de las islas) y los estados, particularmente Castilla, en plena fase de expansión territorial y en un proceso de fortalecimiento de la Corona frente a la nobleza.
Para su estudio, los historiadores distinguen dos periodos en la conquista de Canarias:
  • Conquista señorial. Se conoce con este nombre a la conquista llevada a cabo por la nobleza, en beneficio propio y sin una participación directa de la Corona, que otorga el derecho de conquista a cambio de un pacto de vasallaje del noble conquistador hacia la Corona. Distinguiremos dentro de ella la conocida como Conquista Betancuriana o Normanda, llevada a cabo por Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle entre 1402 y 1405 y que afectó a las islas de Lanzarote, El Hierro y Fuerteventura. La otra fase se conoce como Conquista Señorial castellana, llevada a cabo por nobles castellanos que se apropiaron, mediante compras, cesiones y matrimonios, de las primeras islas conquistadas e incorporaron la isla de La Gomera hacia 1450.
  • Conquista realenga. Este término define a la conquista llevada a cabo directamente por la corona de Castilla, durante el reinado de los Reyes Católicos quienes armaron y en parte financiaron la conquista de las islas que faltaban por dominar: Gran Canaria, La Palma y Tenerife. En el año 1496, llegó la conquista a su fin con el dominio de la isla de Tenerife, integrándose el Archipiélago Canario en la Corona de Castilla. La conquista realenga tuvo lugar entre 1478 y 1496.
 

Conquista de Granada


Granada se había convertido en los albores de la Edad Moderna en el último reducto musulmán de la Península ibérica. Pospuesta durante los inestables reinados de Juan II y Enrique IV, la conquista de Granada se situó como prioritaria para los Reyes Católicos, arquitectos de lo que pretendía ser la España moderna. Isabel y Fernando habían crecido bajo la amenaza que suponía el auge del Imperio otomano, que en 1453 logró la caída de Constantinopla, y no estaban dispuestos a tolerar el desafío de Muley Hacén, el emir de Granada, que durante este periodo se apoderó de varios bastiones en la frontera cristiana y dejó de pagar el tributo estipulado con los cristianos. Con la toma de estos bastiones, entre ellos Zahara, esclavizó y exterminó a los defensores. La Europa cristiana iba, esta vez sí, a aceptar el duelo. 

Al enterarse en Medina del Campo de la caída de Zahara, Fernando «El Católico» afirmó en voz alta: «Siento las muertes de cristianos, pero me alegro de poner en obra muy prestamente lo que teníamos en el pensamiento hacer».
El Papa Sixto VI apoyó la empresa militar instituyendo una Cruzada, a modo de asistencia financiera. La bula de Cruzada fue prorrogándose cada dos años hasta alcanzar en su último año, 1492, una recaudación de 500 millones de maravedíes. La nobleza, el alto clero y las comunidades judías aportaron la mayor parte de los fondos. Además, desde distintos países europeos llegaron importantes remesas económicas y, sobre todo, llegaron caballeros y aventureros alemanes, ingleses, borgoñones, alemanes... dispuestos a participar en la última Cruzada del Occidente cristiano. Tampoco era menor el apoyo popular que tenía la Empresa granadina en España. «Por donde quiera que iban, hombres, niños, mujeres, le salían al encuentro de todas partes por aquellos campos y les echaban mil bendiciones: llamábanlos amparo de España (...)», escribió el padre Mariana sobre el fervor popular que desataba el paso de las tropas.

Para intensificar la presión sobre el emir, los Reyes Católicos comenzaron en el verano de 1491 la construcción del campamento de Santa Fe, construido de forma cuadricular frente a Granada, con la firme decisión de que solo lo levantarían tras la caída de la ciudad. No trajeron artillería pues en ningún caso pretendían destruir la ciudad. El 25 de noviembre de 1491, los Reyes firmaron con Boabdil el acuerdo definitivo para rendir la ciudad. Los monarcas se comprometían a respetar los bienes y las personas que vivían en Granada, a garantizar la libertad de culto, y que se siguiera empleando la ley coránica para dirimir conflictos entre musulmanes. Las capitulaciones, asimismo, incluían la promesa de que no habría castigo para los tornadizos, elches y marranos refugiados en Granada, a quienes se facilitaría el traslado al Norte de África. A cambio de este acuerdo tan benigno, «El Rey chico» consistió entregar Granada en un plazo de dos meses, una condición complicada de llevar a efecto a causa de la amenaza de un motín generalizado contra el último rey de Granada. Con el permiso del emir, una avanzada cristiana ocupó la Alhambra, adelantándose a cualquier reacción violenta del pueblo, lo que fue seguido por la entrega de la ciudad. Un cronista vasco describió aquel día como el que «redimió a España, incluso a toda Europa» de sus pecados. 

En Roma, el final de la Cruzada fue celebrado con campanadas, encierros y corridas de toros. Los conquistadores recibieron la calificación de «atletas de Cristo», y los Reyes el título de «Católicos» con el que hoy son conocidos en los libros de Historia. No es casual por tanto que Isabel y Fernando eligieran Granada para el reposo de sus restos en la Capilla de los Reyes de la Catedral.






Felipe II

Portrait of Philip II of Spain by Sofonisba Anguissola - 002b.jpgFelipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves —como Felipe I— desde 1580, realizando la tan ansiada unión dinástica que duró sesenta años. Fue asimismo rey de Inglaterra e Irlanda, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.
Hijo y heredero de Carlos I de España e Isabel de Portugal, murió el 13 de septiembre de 1598 a los 71 años de edad, en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, para lo cual fue llevado desde Madrid en una silla-tumbona fabricada para tal fin.
Desde su muerte fue presentado por sus defensores como arquetipo de virtudes, y por sus enemigos como una persona extremadamente fanática y despótica. Esta dicotomía entre la Leyenda Blanca o Rosa y Leyenda Negra fue favorecida por su propio accionar ya que se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la destrucción de su correspondencia. La historiografía anglosajona y protestante lo ha calificado como un ser fanático, despótico, criminal, imperialista y genocida minimizando sus victorias hasta lo anecdótico y magnificando sus derrotas en exceso. Basta como ejemplo la pérdida de una parte de la Grande y Felicísima Armada —Llamada por sus enemigos la Armada Invencible— debido a un fuerte temporal, que fue transformada en una victoria inglesa.
Su reinado se caracterizó por la exploración global y la expansión territorial a través de los océanos Atlántico y Pacífico, llevando a la Monarquía Hispánica a ser la primera potencia de Europa y alcanzando el Imperio español su apogeo, convirtiéndolo en el primer imperio mundial ya que, por primera vez en la historia, un imperio integraba territorios de todos los continentes habitados del planeta Tierra.



Carlos I

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico (Gante, 24 de febrero de 1500-Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558), reinó junto con su madre (esta última de forma solamente nominal) en todos los reinos y territorios hispánicos con el nombre de Carlos I desde 1516 hasta 1556, reuniendo así por primera vez en una misma persona las Coronas de Castilla (el Reino de Navarra inclusive) y Aragón. Asimismo, fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V de 1520 a 1558.
Hijo de Juana I de Castilla y Felipe I el Hermoso, y nieto por vía paterna de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña (de quienes heredó el patrimonio borgoñón, los territorios austriacos y el derecho al trono imperial) y por vía materna de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón de quienes heredó Castilla, Navarra, las Indias, Nápoles, Sicilia y Aragón.

Descubrimiento de América

Es la llegada a América el 12 de octubre de 1492 de una expedición capitaneada por Cristóbal Colón por mandato de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, que había partido del puerto andaluz de Palos dos meses y nueve días antes y, tras cruzar el océano Atlántico, llegó a unas islas del continente americano, concretamente las Bahamas y a su regreso dio a conocer por primera vez en Europa la existencia de un Nuevo Mundo.
Constituye uno de los momentos fundamentales de la historia universal y representa el encuentro de dos mundos que habían evolucionado independientemente desde el origen de la humanidad, lo cual cambió el rumbo de la historia.
En los siglos posteriores España, Portugal y en menor medida Inglaterra, Francia y otras potencias europeas compitieron por la exploración, conquista y colonización del continente americano, resultando en el nacimiento de nuevos pueblos, culturas y estados.

Los Reyes Católicos

Los Reyes Católicos fue la denominación que recibieron los esposos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, soberanos de la Corona de Castilla y la Corona de Arogaón.
Los reyes accedieron al trono de Castilla tras la Guerra de Sucesión Castellana contra los partidarios de la princesa Juana la Beltraneja, hija del rey Enrique IV de Castilla. En 1479 Fernando heredó el trono de Aragón al morir su padre, el rey Juan II de Aragón. Isabel y Fernando reinaron juntos hasta la muerte de ella en 1504.
Con su enlace matrimonial se unieron provisionalmente, en la dinastía de los Trastámara, dos coronas: la Corona de Castilla y la Corona de Aragón dando nacimiento a la Monarquía Hispánica y, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista del Reino nazarí de Granada, del Reino de Navarra, de Canarias, de Melilla y de otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad de los territorios que hoy forman España.